Ethereum es una de las criptomonedas principales tanto en cuanto a precio como a tecnología. Una opción muy importante a tener en cuenta a la hora de invertir.
Tiene una larga trayectoria, una de las mayores capitalización de mercado tras Bitcoin, una tecnología de contratos inteligentes con mucho futuro en su cadena de bloques, e incluso está en uso para algo más que la compraventa, lo que la sitúa en una posición única en el mercado de las criptomonedas.
En esta página puedes encontrar información sobre Ethereum desde muchos puntos de vista. Esperamos que te ayude a decidir en qué invertir, y a entender esta cadena de bloques tan especial.
Ethereum es una cadena de bloques que usa criptografía avanzada para asegurar la integridad de todas las transacciones. Ether es la criptomoneda que se transfiere entre direcciones de Ethereum en dichas transacciones y, además de ser la moneda de cambio para la que está diseñada la red Ethereum, es la moneda con la que se paga el gas, las comisiones por usar la red, que se destinan principalmente a compensar a los mineros y participantes (en las subcadenas en que se usa la «prueba de participación»).
Ethereum es además una moneda que está disponible en casi todos los principales intercambiadores y plataformas de inversión en criptomoneda.
La red Ethereum empezó a funcionar oficialmente en julio de 2015 pero, por supuesto, costó mucho trabajo llegar a ese primer bloque en la cadena. Un joven Vitalik Buterin había estado trabajando en Canadá en cosas relacionadas con Bitcoin cuando todavía era una de las pocas criptomonedas que existían, y en 2013 publicó el famoso white paper en el que definía el funcionamiento de la red Ethereum.
Desde el principio, el objetivo de Ethereum ha sido ser una plataforma descentralizada de aplicaciones de software distribuidas, de manera que sea muy difícil la censura, las estafas, e incluso que una aplicación no esté disponible por dificultades técnicas de su servidor.
Algunas de estas ventajas también las ofrecen los servicios de computación en la nube, pero la plataforma Ethereum no es propiedad de ninguna empresa y no puede ser manipulada fácilmente por ningún gobierno.
Ethereum empezó su andadura con 8 cofundadores, que son muchísimos para este tipo de proyecto, pero obviamente les dio muy buen resultado. El segundo más prominente después de Buterin puede ser el ingeniero inglés Gavin Wood quien, tras trabajar como investigador en Microsoft, desarrolló la primera implementación en software de Ethereum, e hizo la propuesta inicial de Solidity, el lenguaje de programación en el que se escriben los contratos inteligentes que funcionan sobre la red Ethereum.
Ethereum 2.0 propone múltiples cadenas de bloques sincronizadas, con distintas formas de validar los bloques: no solo prueba de trabajo (proof of work, minado) sino también prueba de participación (proof of stake).
Una cadena de bloques (también conocida como blockchain) es una especie de base de datos o libro de contabilidad que usan las criptomonedas más convencionales para llevar la cuenta de todas las transacciones y los balances de sus usuarios (direcciones).
Se llama así porque las transacciones que se van encargando a la cadena de bloques en tiempo real van quedando pendientes hasta que un número de ellas se resuelven a la vez (algo similar a las transacciones atómicas de algunas bases de datos tradicionales). Cada vez que se resuelve un número de transacciones y se actualiza el estado de la red se llama un bloque. Es decir, que las transacciones se realizan en bloques de varias transacciones cada varios segundos o minutos, dependiendo de la rapidez de cada cadena de bloques.
Entre los primeros proyectos de criptomonedas alternativas (altcoins), Ethereum destaca por ser pionera en ofrecer una cadena de bloques que funciona como una máquina virtual para que funcionen programas directamente en ella.
Los contratos inteligentes (smart contracts) se llevan a cabo de forma automática e inevitable, y son la base del resto de tecnología adicional que ofrece Ethereum como cadena de bloques.
Es importante destacar que todo uso de estas tecnologías sobre la red Ethereum se paga en forma de gas con Ether, y resulta en transacciones en la cadena de bloques de Ethereum. Esta es seguramente la razón de que Ethereum sea la cadena de bloques más usada del mundo.
Estas fichas definidas en contratos inteligentes pueden transferirse usando dichos contratos, dando lugar a fichas con valores muy altos, valores que no tienen por qué estar relacionados directamente con el precio del Ether.
Alrededor de 2016, muchos proyectos relacionados con criptomoneda usaron este sistema de fichas para vender participaciones y así financiar su desarrollo. Resultó ser una burbuja, y muchos proyectos quedaron en nada. Pero los inversores hoy en día entienden estas fichas muy bien, y han resultado ser una herramienta financiera y de desarrollo de software muy útil.
También hay en Ethereum fichas que no siguen el estándar ERC-20, pero este es el estándar más conocido.
Las fichas de las que hablamos en el punto anterior todas tienen el mismo valor, siempre que sean del mismo proyecto. Igual que un billete de 5 euros vale lo mismo que cinco monedas de 1 euro. Pero las NFT son diferentes en que cada una tiene atributos diferentes y no se puede intercambiar automáticamente por otra.
Estas fichas están dando mucho que hablar en 2021 por su uso en el mundo del arte (y la falta del entendimiento de la tecnología), pero tiene muchos más usos que los artículos digitales coleccionables únicos o de edición limitada. Por ejemplo, hay videojuegos que sustituyen toda la economía de los objetos, cartas, o armas que puede tener un jugador por simplemente poner cada objeto como NFT en la cadena de bloques, y dejar que funcione solo. Esto hace el desarrollo más sencillo, y la infraestructura del juego más segura.
Ethereum es la plataforma más común para las aplicaciones distribuidas (DApps) dedicadas a los productos financieros derivados. Por ejemplo, los contratos por diferencia o de futuros se pueden implementar en forma de contrato inteligente, y funcionar directamente en la red Ethereum.
La DeFi permite invertir en contratos con cualquier activo subyacente (oro, Bitcoin, lo que quieras) sin dejar la red Ethereum.
Se puede pensar en cada dirección de Ethereum como en una cuenta bancaria. Cada persona puede tener cualquier número de direcciones, y estas se generan fácilmente y sin coste considerable.
La dirección es una cadena de letras y números que no podremos determinar nosotros mismos y, de forma parecida a una cuenta bancaria, un número de teléfono o una dirección de correo electrónico, la gente puede usar tu dirección para enviarte Ether (la criptomoneda de Ethereum) o, si eres tú quien les transfiere una cantidad, ellos verán tu dirección como remitente.
Cada dirección se genera junto con una clave privada, que es parecida a una contraseña pero, una vez más, no la decidimos nosotros (lo que seguramente ayuda a que sea una clave muy segura). Otra diferencia con las contraseñas que tenemos para las cuentas de servicios que ofrecen otras empresas es que Ethereum no es una empresa, y la red está descentralizada. Nadie más que nosotros tiene acceso a nuestra cuenta ni a nuestra clave privada, y nadie puede ayudarnos a recuperar nuestro Ether si perdemos nuestra clave privada. El Ether permanecerá ahí hasta el fin de los tiempos (o hasta que alguien acierte la clave privada, lo que primero pase), pero no podremos transferirlo a un intercambiador para venderlo, ni podremos usarlo para pagar nada.
Así que es muy importante conservar a buen recaudo las claves privadas de nuestras direcciones de criptomoneda, de manera que nadie más que nosotros tenga acceso a ellas pero a ser posible con alguna forma segura de recuperar nuestra dirección si pasa algo.
Lo que recomendamos es una billetera física, si la cantidad que tienes invertida en criptomoneda es mucho mayor que lo que cuestan las más baratas (alrededor de 50 USD).
El algoritmo de «prueba de trabajo» (proof of work) de Ethereum está diseñado para dar un trabajo criptográfico a los nodos de la red que se dedican a minar, de manera que se verifiquen las transacciones que tienen que entrar en el próximo bloque de la cadena.
Los trabajos que se dan a los nodos son diferentes de los de redes más antiguas como Bitcoin, de manera que es más difícil diseñar dispositivos optimizados para este proceso. El objetivo es que sea viable minar con tarjetas gráficas de PC, lo que diversificaría los nodos. Si hay dispositivos mucho más baratos que pueden minar igual de bien, la mayoría el minado acaba llevándose a cabo en granjas de minado de determinados países. Esto ayuda a la descentralización de la red.
Parece que finalmente se produjeron dispositivos ASIC para minar en Ethereum, pero este fenómeno ha tardado mucho más que para Bitcoin.
Ethereum 2.0 también introduce la combinación de varios fragmentos (shards) o subcadenas de bloques, algunas de las cuales funcionan con «prueba de participación» (proof of stake). Esto consiste en que los nodos participantes, en vez de minar, depositen una cantidad de Ether como garantía y hagan funcionar la última versión del software de Ethereum para validar las transacciones. Esta forma de verificar transacciones y mantener la cadena de bloques es mucho más barata en cuanto a energía, y el plan de Ethereum es subir su relevancia hasta que minar deje de ser económicamente viable, y todos los fragmentos de la cadena de bloques funcionen con prueba de participación.
Esta moneda, como la mayoría de las más antiguas, sigue la evolución del precio de Bitcoin hasta cierto punto. Pero esto solamente ocurrió de forma notable a partir de 2017, dos años después de la inauguración de la cadena de bloques de Ethereum. Así que empecemos por el principio.
2015, el primer año de Ethereum, fue un año para madurar la tecnología. Ya se intercambiaba Ether en algunos intercambiadores, pero los precios no eran nada comparado con los de ahora, y la volatilidad era relativamente alta (aunque contenida en precios muy baratos) por causas como los cambios en la tecnología o el hecho de que mucha gente invertía sin entender bien la tecnología o el potencial de este proyecto.
2016 fue un año de consolidación, en gran parte gracias a la actualización llamada Homestead. Este mismo año empezó a haber más y más proyectos de aplicaciones descentralizadas (DApps) funcionando sobre la cadena de Ethereum, y se financiaban creando su propia token sobre Ethereum (normalmente ERC-20) y vendiéndola a los que serían los inversores en dichos proyectos.
Uno de estos proyectos de 2016 que ha pasado a la historia es el fondo de inversión digital llamado The DAO. DAO empezó a operar sobre la cadena de Ethereum en abril de 2016, usando funcionalidades como los contratos inteligentes y las tokens. Pero tuvieron un fallo de seguridad en los contratos inteligentes que definían cómo funcionaba DAO, y hubo un robo gigantesco, por valor de 50 millones de USD.
Este fue un momento muy polémico en la comunidad Ethereum, porque mucha gente quería revertir el robo y mejorar la seguridad de la cadena de bloques y el sistema de contratos inteligentes, mientras que mucha otra gente pensaba que no era correcto revertir el robo.
Ambas eran posiciones muy razonables, así que la cadena de bloques se desdobló en dos. A día de hoy, ambas cadenas siguen funcionando por separado, pero lo que llamamos Ethereum es la cadena que revirtió el robo. La cadena que conservó todas esas transacciones se llamó Ethereum Classic o ETC. Esta se considera una moneda diferente, y se sigue comprando y vendiendo en muchos intercambiadores a día de hoy.
El Ether había llegado a un máximo de 18 USD antes de este incidente, pero este incidente hizo que bajara hasta unos 11 USD, y el precio no pudo recuperarse a sus niveles anteriores a lo largo de 2016 aunque acabó el año a un precio bastante más alto que lo empezó. DAO, por su parte, desapareció en septiembre de 2016.
Este fue un año clave para el crecimiento del valor de Ethereum. El Ether superó los 45 USD en marzo, y los 100 USD a principios de mayo. En junio casi llegó a 400 USD, y a finales del año el precio superó los 800 USD. Durante el segundo trimestre, el crecimiento de ETH era proporcionalmente más rápido que el de BTC, pero esto empezó a bajar en junio y a partir de octubre el crecimiento de Bitcoin ya era bastante mayor. ¡Pero el ascenso de ambas parecía imparable!
Ethereum siguió su ascenso meteórico las primeras semanas de 2018, superando los 1200 USD, pero en seguida empezó a caer junto con Bitcoin de forma bastante constante hasta el final de marzo.
Este mínimo relativo estaba por debajo de los 400 USD, y poco después tanto el precio del Ether como el de Bitcoin empezó a subir otra vez, pero no alcanzaron los máximos absolutos de enero y febrero, y volvieron a empezar a bajar a principios mayo.
Y ese fue el último máximo significativo de este año. Al principios de mayo, ETH no llegó a los 800 USD, y pasó el resto del año bajando lentamente hasta bajar de los 100 USD en diciembre, y empezar a recuperar un poco.
El Ether empezó el año un poco por encima de los 100 USD, y subió lentamente hasta casi alcanzar los 300 USD a finales de junio, para volver a bajar lentamente hasta un precio muy poco mayor que el del principio del año.
En la mitad del año casi se triplicó el precio, lo que siempre da juego en el corto plazo, pero si tenías ETH desde cuando los precios eran mucho mayores, este año no ayudó nada a recuperar la inversión.
En el lado tecnológico fue un buen año con tres nuevas versiones importantes de Ethereum, pero económicamente fue bastante malo. Ethereum incluso perdió el segundo puesto en capitalización frente a Ripple (XRP) por un corto tiempo a principios de enero.
Empezamos alrededor de los 125 USD, y la primera mitad del año es de crecimiento relativamente estable y proporcional al de BTC.
Es a partir de tercer trimestre cuando el crecimiento es más acusado, y Bitcoin empieza a crecer a un ritmo más rápido que Ethereum.
El Ether terminó el año a 750 USD, un precio 6 veces superior al del inicio del mismo año. ¡Pero este no sería el final de esta vertiginosa subida!
Durante lo que va de año, Ethereum ha estado creciendo con más fuerza que Bitcoin y, aun con las típicas correcciones y repuntes, el precio ha estado subiendo a un ritmo muy elevado hasta alcanzar su último máximo absoluto de 4300 USD a mediados de mayo.
A eso siguió una dura corrección que ha vuelto a poner el crecimiento proporcional de Bitcoin por encima del de Ethereum, pero a finales de mayo el precio de 1 ETH sigue siendo varias veces superior al precio del 1 de enero.
Ethereum es la segunda moneda más grande del mercado, pero el precio de 1 ETH es alrededor de 15 veces más pequeño que el precio de 1 BTC. ¡Incluso hay otras monedas con precios más altos que 1 ETH! ¿Cómo se explica eso?
Cuando comparamos el valor total de dos monedas, no podemos comparar el precio de 1 ETH con el de 1 BTC, porque no va a ser muy útil. Tendríamos que sumar el valor de todos los ETH y el de todos los BTC, y comparar eso. Por eso es muy importante el número de monedas en circulación.
Por ejemplo, supongamos que 1 BTC equivale a 15 ETH, pero Ethereum tiene muchas más monedas en circulación. Si hay 6 ETH por cada BTC, la capitalización de mercado de BTC no es 15 veces mayor que la de ETH, sino 15/6 veces mayor, o sea 2.5 veces mayor.
Ethereum a día de hoy tiene 115.962.186 ETH en circulación, y se sigue acuñando nuevo Ether para recompensar a los que minan. Ethereum no tiene un límite llegado al cual ya no se acuñará más moneda, así que poco a poco cada vez habrá más moneda.
Esta es la pregunta que nos hacemos. Por supuesto, nadie sabe lo que va a pasar porque siempre hay muchos factores en juego, como por ejemplo:
Teniendo en cuenta la trayectoria de estos últimos años, las proyecciones son muy optimistas a largo plazo. Pero es inevitable que haya correcciones y baches en el camino (Ethereum no va a subir siempre a corto plazo).
Por supuesto hay riesgo de que otra tecnología superior adelante a Ethereum y la deje obsoleta, pero si no ha pasado con Bitcoin a estas alturas somos de la opinión de que no es nada probable que ocurra.
Ethereum es la cadena de bloques que más se usa en el mundo. Su tecnología tiene un potencial increíble, y es una de las pocas criptomonedas que están viendo un uso real más allá de su funcionamiento como moneda de cambio.
No podemos decir que sea una buena inversión para todo el mundo, pero a nosotros nos gusta más que la mayoría de criptomonedas. Os animamos a aprender más sobre esta cadena de bloques, y cualquier forma de inversión en ella, aunque sea comprar ETH en un intercambiador, financia de alguna manera la red Ethereum y hace más probable que siga siendo un éxito.
Esperamos que hayáis encontrado algo nuevo en este artículo, y que os hayáis podido formar vuestra propia opinión sobre las inversiones en Ethereum.